Visitar el Puente de Carlos
Lo primero que debes tener presente cuando visites el Puente de Carlos es que muy pocas veces en la vida habrás tenido la ocasión de visitar un puente de 1357 de una belleza tan exquisita. Esa es una buenísima razón para disfrutar de este paseo.
Para que tengas un poco más de información, te contamos que el Puente Carlos fue ordenado construir por el rey Carlos IV con el objetivo de conectar el barrio viejo con el Castillo de Praga, esto significa que durante mucho tiempo esta fue la via principal de comunicación de Praga, cuando todavía cruzar el Río Moldava no era tan sencillo como ahora.
En un principio, el nombre de esta construcción fue "Puente de Piedra" que posteriormente (en 1870) se cambió en conmemoración al rey que había decidido edificarlo. Desde entonces se llama así, "Puente de Carlos".
Entre las características más llamativas del puente cabe señalar su extensión, cubre unos 516 metros de largo y posee 10 metros de ancho. Su amplitud se debe a que en aquella época se utilizaban los carruajes como medio de transporte, y se construyó el puente para que tuviera cuatro carriles que permitieran un paso fluido de los estos carros.
De todas formas, entre las cosas que más curiosidad provocan en los viajeros se encuentran las 30 esculturas que se distribuyen a lo largo de todo el puente (son esculturas de estilo barroco que fueron construidas en torno al 1700 y que representan a los santos patronos de la ciudad), y las dos impresionantes torres góticas que lo protegen, consideradas las mejores obras góticas del mundo. Cabe mencionar que los artistas encargados de levantar estas impresionantes obras fueron célebres escultores de la República Checa, por lo tanto, al visitar el Puente de Carlos podrás hacer un recorrido también por las obras de arte más interesantes de Praga, contemplando obras prestigiosas de Matthais Braun y Jan Brokoff.
Entre las esculturas que no debes perderte se encuentran el Crucifijo, el Calvario, San Luthgard y San Juan Nepomuceno. De todas formas, debes saber que en 1965 las obras originales fueron trasladadas al Museo Nacional de Praga para protegerlas del paso del tiempo y su inevitable deterioro, colocando en su lugar réplicas que exigieran un mantenimiento menos costoso.
Si eres un amante de la historia, debes saber que en tu visita al Puente de Carlos estarás conociendo uno de los rincones de Praga en el que han tenido lugar importantes acontecimientos de la vida de la ciudad. Entre ellos cabe mencionar la Batalla de la Montaña Blanca que marcó el fin del período Bohemio. Tuvo lugar en 1621 cuando los líderes checos, junto a miles de mercenarios se rebelaron contra el Imperio de los Habsburgo. El resultado fue lamentable: la guardia imperial entró en la ciudad y en lo que fue una batalla muy sangrienta disminuyó a los rebeldes y decapitó a los líderes. Más tarde, para disuadir a aquellos que pudieran alentar una segunda revuelta, colgaron en el puente las cabezas como recordatorio amenazante.
Ubicación del puente
El Puente de Carlos se encuentra en la unión del barrio viejo de Praga y el barrio de Mala Strana, justo en el centro de la ciudad.
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